Hacía tiempo que no pisaba el Villamarín y estaba emocionado por el partido del Real Betis ante el Xerez de mis penas. Para mí, el fútbol profesional dejó hace tiempo de ser un deporte justo y por eso me divierto menos en los partidos. Disfruto menos y también me agobio menos.
Las aficiones del Xerez y del Betis, separadas por rivalidades entendidas aunque insanas, tienen en común que son clubes intervenidos por jueces, administradores concursales, acciones perdidas, son lugares donde habita la desconfianza, aparecen okupas y vacíos de poder, ventas ficticias y millones de euros gastados en no se sabe qué.
El Betis-Xerez me dejó un buen sabor de ambos equipos. El Betis tiene pinta de ascenso este año aunque dependerá de lo que se aguante a partir de las tres cuartes partes de la competición y si cobran al día.
Los dirigentes que no se sabe si mandan o no ni por qué, algo común en ambos clubes, pululan por el ambiente en una subasta pública donde los goles los marcan abogados.
Creo que lo justo, por lo visto en el campo, era un empate. Esto me confirma que el Xerez puede ser mejor de lo que es y que Mel no debe confiarse.
Aunque no interese a nadie mi opinión, para mí lo mejor del partido fue el rato que eché con el mestizaje bético, xerecista, sevillista y hasta rayista por Triana capital. Feliz temporada.
David Gallardo.
1 comentarios:
por una vez estoy de acuerdo con el comentario de un seguidor de un equipo contra el que hemos jugado el Domingo anterior y si...........el mestizaje en Triana fue lo mejor.
Abrazos a todos "Capitanlio"
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