Después de tres temporadas ya estaba el Real Betis donde se merecía, en Primera División. Pero aún quedaban muchas más temporadas de un Betis de D. Benito Villamarín, concretamente nuestro protagonista estaría aún hasta la temporada 1964-1965, momento en la que se despidió de todos los béticos. Durante esas temporadas que estuvo al mando, D. Benito Villamarín siguió haciendo muchas cosas por nuestro Betis:
En la temporada siguiente al ascenso se comienza con la incorporación de la iluminación eléctrica en el estadio verdiblanco, inaugurándose ésta con un 4-1 al Sporting de Lisboa. Nuestro hombre estaba también muy involucrado en la sociedad sevillana, concretamente en esa temporada D. Benito es nombrado Teniente de Hermano Mayor Honorario de la hermandad de Santa Genoveva gracias a su gran aportación a la financiación de las andas del señor.
Desde 1958, nuestro protagonista está gestionando lo que sería su mayor aportación al Real Betis Balompié (que podéis imaginaros que es mucho, después de todo lo que ya hemos hablado que nos ha había dado). Concretamente estaba hablando con otro ilustre bético, que por aquel entonces era concejal del ayuntamiento, D. Alfonso Jaramillo para comprar el estadio Verdiblanco. D. Alfonso Jaramillo se encarga de la gestión interna en el ayuntamiento en nombre de D. Benito Villamarín, hasta llegar al pleno del 19 de Septiembre de 1960 en que se acuerda vender el Estadio al Real Betis Balompié, por 14.036.550 de las antiguas pesetas, cuyas escrituras se firmaron en el propio Estadio el día 12 de Agosto de 1961. Y como el Betis por aquel entonces no tenía ese dinero, fue su presidente, nuestro propio protagonista el que lo puso de su bolsillo y fue recibiendo poco a poco la devolución de ese “pequeño” préstamo.
Se consigue la que hasta ahora es la mayor goleada del Betis en casa: 7 a 0 al Real Zaragoza en la temporada 1958-1959.
También realizó alguna que otra actuación poco popular pero que tuvo que hacerse para seguir haciendo del Betis un club grande, la más polémica de todas fue la venta de Luis del Sol, la gran perla de la cantera que había despuntado con el primer equipo. En 1960 el “Gordito del Empalme” es traspasado al Real Madrid por 6 millones y medio de pesetas.
En la temporada 1961-1962 D. Alfonso Jaramillo entra de la mano de nuestro protagonista a formar parte de la Junta Directiva del Betis, y tiene dos misiones principales encargadas por D. Benito Villamarín:
· La cantera
· Organizar una Federación de Peñas
Para la primera se empezó a realizar los trámites oportunos con el Triana Balompié llegando este a ser el filial del Betis durante muchos años, comenzando en las competiciones federadas por la categoría de regional para inmediatamente subir a Tercera División todo ello con la equipación de nuestro Betis y con una junta directiva dirigida por el propio Jaramillo.
D. Benito Villamarín hizo todos los esfuerzos económicos posibles para hacer que el Triana tuviera un campo donde jugar (los Salesianos de Triana) con vestuarios y buen terreno de juego.
En la temporada 1963-1964 el Real Betis queda tercero en la liga, consiguiendo así su pase para su primera participación europea, concretamente en la extinta Copa de Ferias. Por desgracia el Betis no consigue llegar a dieciseisavos de final (donde si lo hace el Atlético de Madrid y los dos finalistas españoles de esa edición: Real Zaragoza y Valencia, siendo este primero el campeón al vencer por 2-1 al equipo che) al ser eliminado por el subcampeón francés de la pasada temporada: Stade de Reims (que por cierto esa misma campaña acabaría bajando a la segunda división francesa al no compaginar bien su presencia en Europa con la liga casera). El jugador López Hidalgo es el primer jugador bético en marcar en competición europea.
También esa misma temporada el Betis obtiene su primer trofeo Carranza al imponerse al Real Madrid, Boca Juniors y Benfica.
En la temporada 1965-1966 el club vuelve a descender a la Segunda División, los tiempos de gloria se habían acabado y es en precisamente en mitad de esa temporada, a finales del año 1965 cuando nuestro protagonista, por motivos de salud, tiene que abandonar la presidencia y el club. Y para su despedida escribe una emotiva carta a toda la afición verdiblanca. Dicha carta decía así:
“Mis queridos compañeros y amigos:
Esta carta va dirigida a vosotros en particular, como representación oficial y legítima del Real Betis Balompié y, a través de vosotros, a la gran afición blanquiverde en general.
He de ausentarme y permanecer fuera de España por razones familiares y de salud por un período de tiempo que, contra mi voluntad, no puede ser corto. Ello ocurre en momentos difíciles para el club, que hubiera querido ver superados antes de partir. Dios no lo ha querido y heme aquí, forzado a alejarme en momentos en que la nave del Betis necesita más que nunca de las energías y esperanzas de un buen timonel. Es por ello que, doliéndome en el alma, me veo en la necesidad de considerar las posibilidades de mi sustitución en la ilusión de que se halle al hombre que sepa continuar una empresa que hace unos años acometimos con denuedo y con suerte, en servicio de la línea ascendente y triunfal que nuestro equipo ha venido sirviendo en tantos años de luchas y victorias.
Para posibilitarlo pongo en vuestras manos el cargo con el que la afición bética me ha venido honrando en una larga y gloriosa etapa, en la que los colores del Betis ondearon al viento de los triunfos por todos los estadios de primera magnitud. Y al hacerlo sabed que dejo en la decisión las desgarraduras de una separación que siento con la misma hondura que sentí siempre mi vinculación responsable con el Betis, en cuya dirección puse todo lo que podía dar y en la que encontré siempre el aliento de una afición dignísima y fervorosa, a cuya fidelidad tengo siempre que rendir las armas de mi afecto y devoción incondicionales.
Dimito, pues, de una misión en la que es conveniente insuflar el aire ilusionado de la renovación. Pero en modo alguno ello representa mi retirada de la pasión deportiva, que hizo del Betis una bandera inenarrable de sevillanismo y de entusiasmo. Bajo ella seguiré siempre fiel a los ideales béticos, dispuesto a servirles donde el Betis me quiera y como quiera.
Para vosotros, y en vosotros, para todos los béticos. Un abrazo.
Firmado: BENITO VILLAMARÍN PRIETO. Presidente del Real Betis Balompié”
Desgraciadamente, el tiempo que pensaba estar fuera recuperándose de su salud fue mucho más corto del que él esperaba y hubiera deseado. Tras ver como “su Betis” había bajado a Segunda División al finalizar la temporada en 1966, el 16 de Agosto de ese año, el cáncer por el que había tenido que luchar y por el que había dejado al Betis, se lo llevó para siempre de este mundo, aunque para nada se fue del corazón de los béticos. D. Benito Villamarín había muerto, el cáncer se había llevado al mejor presidente que ha podido haber en la historia de este club.
El Estadio llevó su nombre desde 1961 hasta el 31 de diciembre de 1999, y con todo merecimiento desde hace unos días vuelve a sentirse con orgullo el nombre de nuestro protagonista en nuestro campo, en el campo de su Real Betis y creo, desde la sinceridad más absoluta que más que merecido por todo lo que este gran hombre ha hecho por nuestro Betis, por todo su amor y carió y por todo el esfuerzo invertido en su equipo, en nuestro equipo, en el Real Betis Balompié. No olvidemos a los grandes hombres simplemente por pequeños momentos.
Abrazos en verdiblanco, abrazos béticos.
Miguel A. Sánchez
1 comentarios:
Publicar un comentario